El acoso laboral, mejor conocido como mobbing es un problema social tan antigüo como el trabajo mismo, sin embargo en últimas décadas ha cobrado importancia en el ámbito de Recursos Humanos como una de las mayores amenazas al equilibrio de cualquier trabajador y de cualquier empresa.El acoso continuado sufrido por un trabajador tiene importantes consecuencias, entre las que destaca un descenso significativo en su desempeño laboral, debido a las dificultades que tiene para concentrarse y conciliar el sueño, lo que también va a contribuir a que se refuercen los pensamientos negativos sobre su valía, además de provocar síntomas físicos (taquicardia, hipertensión) y psicológicos (aprensión, estrés y desconfianza generalizada) que, si no se tratan adecuadamente, pueden llegar a desencadenar enfermedades graves.Pero también las empresas pierden: el mobbing es una de las causas principales de la baja productividad, el absentismo y la rotación de personal. Por ello cada vez más compañías implementan programas internos para denunciar y prevenir conductas laborales inapropiadas, y por su parte, instituciones de protección a los derechos de los trabajadores abren espacios para denunciar abusos.CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS:
OTRAS CONSECUENCIAS:
También, otras consecuencias pueden ser el traslado, o incluso el pase a situación de incapacidad permanente. La recuperación definitiva de la víctima suele durar años y, en casos extremos, no se recupera nunca la capacidad de trabajo.«En muchos casos, el mobbing persiste incluso después de la salida de la víctima de la empresa, con informes negativos o calumniosos a futuros empleadores, eliminando así la empleabilidad externa de la víctima. Se trata de una especie de re-mobbing».Fuente: |
42 claves para saber si hay mobbing en el trabajo | Perfil de la víctima y acosador