El desempleo encubierto, también conocido como desempleo oculto o subempleo, se refiere a una situación en la que las personas que están empleadas no están trabajando a su capacidad total o no están empleadas de acuerdo con sus habilidades y necesidades laborales. En otras palabras, estas personas tienen empleo, pero no están utilizando su potencial laboral de manera completa o adecuada. Existen varias formas de desempleo encubierto: - Subempleo por tiempo parcial involuntario: Esto ocurre cuando las personas trabajan a tiempo parcial, pero desearían trabajar a tiempo completo. Pueden estar empleadas solo unas pocas horas a la semana, lo que no les proporciona un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades financieras. - Sobrecualificación: Se presenta cuando las personas tienen más habilidades o educación de las requeridas para el trabajo que están desempeñando. Por ejemplo, una persona con un título universitario puede estar trabajando en un empleo que normalmente no requiere un nivel educativo tan alto. - Empleo temporal o precario: Algunas personas pueden estar empleadas en trabajos temporales, ocasionales o de corta duración, lo que les dificulta tener una fuente de ingresos constante y estable. El desempleo encubierto es una preocupación importante en la economía de México, ya que puede indicar que el mercado laboral no está funcionando de manera eficiente. Las personas subempleadas pueden enfrentar dificultades financieras y sentirse insatisfechas con sus trabajos actuales, lo que puede tener efectos negativos en su bienestar económico y emocional. Además, puede subutilizar el talento y las habilidades de la fuerza laboral, lo que no es óptimo para el crecimiento económico a largo plazo. Por lo tanto, el desempleo encubierto es una consideración importante para los gobiernos y los economistas al evaluar la salud del mercado laboral y diseñar políticas laborales efectivas.
¿De qué tamaño es el problema de México?
Con 1.8 millones de desempleados, según el reporte de la tasa de desocupación de agosto del INEGI, que representa un 3 por ciento, El presidente de México celebró diciendo que son cifras para presumir. No obstante, en su columna ‘Dinero, Fondo y Valores’, Víctor Piz, señala que hay otros indicadores que se deben tomar en cuenta para tener un panorama más claro y completo de la situación laboral en México. Uno de esos es la población que puede ser considerada en desempleo encubierto. Piz señala que en México son 61 millones de personas que conforman la Población Económicamente Activa (PEA), mientras que 39.8 millones están en la Población No Económicamente Activa (PNEA). De ese total de la PEA, son 59.2 millones de personas que durante agosto se encontraron ocupadas, mientras que 1.8 millones formaron parte de los desempleados. En tanto, de la PNEA hubieron 5.3 millones de personas que dijeron estar disponibles para trabajar, es así que esa cantidad de ciudadanos conforma a la población con desempleo encubierto, pues aunque no buscaron un trabajo, sí estarían dispuestos a aceptar uno si se los ofrecieran. Y, por el contrario, las otras 34.5 millones de personas de la PNEA dijeron no estar disponibles para trabajar. “Los 5.3 millones que se declararon disponibles para trabajar, pero no llevaron a cabo acciones para hacerlo, constituyen el sector que eventualmente podría participar en el mercado laboral, según el INEGI”, señala Víctor Piz. Por lo tanto, señala el columnistas de El Financiero, que si la población disponible fuera tomada como desocupada, se tendría el resultado del desempleo extendido, el cual sería no de 1.8, sino de 7.1 millones de personas y una tasa de 10.7 por ciento. Asimismo, la tasa de informalidad laboral es de 55.2 por ciento, lo que quiere decir que está representada por más de la mitad de la población ocupada en el país. Entre las entidades federativas con mayor tasa de informalidad destacan Oaxaca (80 por ciento), Guerrero (78 por ciento) y Chiapas (76 por ciento). Fomentar el empleo formal es el desafío más importante para el cierre de la administración. Si bien se vale ‘presumir’ que la tasa de desocupación en México está en niveles históricamente bajos, es evidente que aún existe un déficit en la creación de empleos formales. |