La regla de oro.

Un negocio exitoso sólo será duradero si toda decisión que se toma en él cumple la regla de oro: "todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también a ellos."

Esta frase es atribuida a Jesús de Nazaret y se puede leer en el Evangelio de San Mateo. Sin embargo, todas las religiones (Judaismo, Hinduismo, Budismo, Confucionismo, Cristianismo), mencionan esta regla de oro, con alguna variación de forma, pero no de contenido. Confucio dijo por ejemplo: "Lo que no quieres que te hagan los demás, no se lo hagas a otros".

Todas las reglas, estrategias, decisiones que definan el funcionamiento de tu negocio deberán desprenderse de esta Regla de Oro, y no deben estar en su contra.

Obviamente, el primer beneficio y logro de aplicar la Regla de Oro en un negocio es el hecho de crear relaciones humanas positivas, ya sea entre los empleados, en los niveles de la organización, con los clientes, proveedores, la comunidad, el país y el planeta.

La empatía, es decir, la capacidad de "ponernos en los zapatos de otros", adquiere bastante importancia. No hay una mejor manera de lograr la lealtad y satisfacción de nuestros clientes que entender lo que realmente quieren y necesitan, y dirigir nuestros esfuerzos en ayudarlos a satisfacerlos.