¿Sabías que hasta 40% de los mexicanos son especialistas en hacer horas nalga en su trabajo? Los estudios más recientes advierten que cuatro de cada 10 empleados se dedican a calentar el asiento, ver películas o escuchar música en línea, atender redes sociales y diluir el tiempo de trabajo “entre el sudor” de las piernas y la espalda baja.México, el país de las ironías. El que dedica más que cualquier otro de la región al trabajo; pero también el que registra un índice de productividad mucho menor al promedio, que nada tiene que ver con las horas que los mexicanos dedican a las labores que les generan ingresos.Margarita Chico, country manager de Trabajando.com México, explicó que las empresas pierden hasta 42% de la productividad e indicó que sería suficiente con que un empleado incurra en dichas actitudes para que dos más se contagien y decidan “hacer como que medio trabajan”.Esto último significaría que, en casos extremos, bastaría que una o dos personas cayeran en la actitud de un calientaasientos para afectar el trabajo de 20% de la platilla, en todas las áreas que se relacionan con las actividades que desempeñan.“Este tipo de empleados reflejan inmadurez profesional, falta de compromiso, mínimo interés al éxito, disgusto con lo que hacen y cansancio.“Pero también son reflejo de la incompetencia del jefe, de la falta de un plan de trabajo bien organizado, metas medibles y palpables y esquemas para promover, recompensar y reconocer los avances o el talento”, dijo.Carmen Ramírez, psicóloga laboral, indicó que se trata de un fenómeno que consume entre 20 y 50% de las jornadas de trabajo y su origen radica en un problema de frustración de los empleados, pero también en la mediocridad y falta de dirección y planes efectivos de la compañía.“Hay muchos jefes que, sin importar nada, quieren ver a sus colaboradores ocho u nueve horas frente a la computadora o equipo de trabajo; creen que por tenerlos ahí cumplen con la metas".“Pero nunca hablan con ellos, hay una carga de actividades desequilibrada o excesiva, y pocos incentivos para quienes cumplen: mejor salario, horarios flexibles, descansos adicionales o el simple reconocimiento público".“Así que las horas nalga son un problema estructural de las empresas de nuestro país, cuya responsabilidad está tanto en los empleados como en la dirección de cada organización. No hay más”, puntualizó.¿Somos improductivos?A través del estudio ¿Cómo va la vida?, la OCDE señaló que:
El resultado: en una evaluación sobre productividad en donde 100 es la calificación máxima, sacamos 20. Luxemburgo tiene 95 y trabaja 700 horas menos.Es la falsa teoría de que, “entre más horas se esté en la oficina, más eficiente se es”, como si los resultados dependieran de ello. México es el país de las horas nalga, porque poco entiende de políticas laborales.Somos los que tenemos menos vacaciones. Seis días el primer año; dos días más, el segundo, tercero y cuarto, para quedarnos en 12 días totales. La mitad de los que alcanzan en Brasil.En contraste, somos uno de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que tiene uno de los salarios mínimos más bajos. Casi siete mil pesos menos que en Uruguay, el país con mejor ingreso en Latinoamérica.Y dentro de nuestro territorio también nos segmentamos por salario. No es el mismo en todos los estados del país. En Nuevo León, Campeche y la CDMX, por ejemplo, se gana un promedio de seis mil pesos más que en Guerrero, según análisis de despachos dedicados al otorgamiento de créditos.Hace apenas unos días se reveló que un profesionista en México gana entre ocho mil a diez mil pesos mensuales; mientras que un comerciante informal alcanza hasta 15 mil. Por eso no sorprende que el Inegi reporte una tasa de informalidad superior al 57 por ciento.Mientras en México aún hay corporaciones que incluso cuentan con código de vestimenta, en otros países instauran el home office, que podrá no ser para cualquier empleo, pero representa una puerta abierta para mejorar las condiciones laborales, que en nuestro país están reducidas a la relación salario-horas de trabajo, y por ello somos acumuladores de horas nalga que poco aportan a la productividad y mucho restan a la calidad de vida de cualquier trabajador.Fuente: |