Nada es suficiente. La cantidad de trabajo, la competencia laboral, las metas, los resultados organizacionales, los estudios, la preparación profesional, bueno, hasta los problemas en la empresa nunca son suficientes; vivimos en una directa lucha con "los otros" donde las cosas suceden tan aprisa que ya nada nos llena. Para hablar del síndrome de la insatisfacción laboral es necesario definir su opuesto, la satisfacción laboral, el cual es un "estado emocional positivo o placentero de la percepción de las experiencias profesionales de la persona", cuando la gente decide contratarse en un empleo busca su satisfacción, sin embargo algo pasó que nos perdimos en el camino. La satisfacción laboral ha sido estudiada en relación con diferentes variables que van desde las circunstancias personales hasta las del trabajo, como el sueldo o las condiciones ambientales de la empresa, en un intento de encontrar relaciones entre aquellas y éstas. Diferentes estudios han hallado correlaciones positivas y significativas entre satisfacción laboral, un buen estado de ánimo general y actitudes positivas en la vida profesional. El síndrome de la insatisfacción laboral correlaciona de forma negativa con alteraciones de la persona como son: estrés, conductas negativas de los trabajadores, baja autoestima, etcétera; con alteraciones en el trabajo como: ausentismo, rotación, retrasos en los proyectos, bajo sueldo o prestaciones, pésimo liderazgo, etc. A veces resulta difícil distinguir entre la desmotivación y la insatisfacción laboral, debido a su estrecha relación; lo mismo sucede entre la satisfacción con el trabajo y la moral del empleado. La satisfacción o insatisfacción con el trabajo, como ya lo mencioné, depende de numerosos factores como el ambiente físico donde trabaja, el hecho de que el jefe lo llame por su nombre y lo trate bien, el sentido de logro o realización que le procura el trabajo, la posibilidad de aplicar sus conocimientos, que el empleo le permita desarrollar nuevos conocimientos y asumir retos, etcétera. Hay otros factores que repercuten en la satisfacción o insatisfacción laboral y que no precisamente forman parte de la atmósfera laboral como por ejemplo, la edad, la salud, la antigüedad, la estabilidad emocional; la condición socio-económica del trabajador, el tiempo libre y las actividades recreativas practicadas las relaciones familiares y otros desahogos, etcétera. Quien está satisfecho con su puesto tiene actitudes positivas hacia éste; quien está insatisfecho, muestra en cambio, actitudes negativas y por lo tanto nada le será suficiente. Como lo decía al principio del artículo, las crecientes exigencias, altas expectativas de la persona y la cada vez mayor complejidad de nuestra sociedad hacen de las empresas, y por ende al trabajo, un vehículo para dar respuesta a las demandas y desafíos de nuestros tiempos. El trabajo juega un papel destacado en la vida del hombre y la mujer de este siglo, dado que la mayoría de las personas pasan una tercera parte del día trabajando y lo hacen la mitad de su vida, de esto se desprende la necesidad de atacar dicho síndrome minimizando los riesgos de salud de los trabajadores, buscando equilibrar la cantidad de recompensas que los trabajadores reciben y la cantidad que ellos creen que deberían de recibir, aunado a buscar un trabajo mentalmente sano, recompensas justas, condiciones más favorables, apoyo de pares, compatibilidad entre la persona, empresa y el puesto, con el fin de desarrollar Un Mejor Trabajo. Autor: Alfredo Garay. Coach laboral y conferenciante |